
Volar más allá de la velocidad del sonido siempre ha tenido un problema: el estampido sónico que genera ondas de choque a millas de distancia, haciendo vibrar las ventanas, activando las alarmas de los automóviles y causando estragos ambientales. Los reguladores estadounidenses prohibieron este tipo de vuelos debido justamente al ruido que producen. Pero esto parece estar a punto de cambiar con el nuevo jet supersónico de la NASA que en lugar de un estallido sorprendente, hará un ruido equiparable al de una aspiradora casera.